sábado, 29 de agosto de 2009

Los niños necesitan la Salvación

Rom.3:23: "... por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios ...", no se indica ningún límite de edad.

Sal.51:5: "He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre". Este verso lo hace muy claro que nacemos en pecado y que por tanto los niños no son inocentes ante Dios. (Por supuesto, este verso NO dice que el mismo acto de la concepción sea algo pecaminoso. Lo que dice es que desde el pecado de Adán, cada vida humana empieza - desde su concepción - en un estado separado de Dios. Lo mismo se expresa en Rom.5:12.)

Mat.18:11-14: La bien conocida parábola de la oveja perdida, se encuentra enmarcada por estas afirmaciones: "Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido. ... Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños". Aquí se compara el niño con una oveja perdida. - ¡El niño, mientras no se convierte, es perdido!. "Los pequeños" no se puede interpretar aquí como "las personas sencillas" o "los humildes", como dicen algunos. El capítulo 18 de Mateo empieza con que Jesús llama un niño, literalmente un niño, no "una persona sencilla", y habla acerca de este niño (Mat.18:2-3). En este mismo contexto el Señor sigue hablando de los "pequeños" (verso 6), y en este mismo contexto relata también la parábola de la oveja perdida.

Gén.25:22: "Y los hijos (Jacob y Esaú) luchaban dentro de ella (esto es, en el vientre de su madre); y ella dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo?" - Is.48:8: "...por tanto te llamé rebelde desde el vientre". Este incidente ilustra una vez más que el pecado se puede manifestar en un niño a muy temprana edad, incluso antes de nacer.

2 Reyes 2:23-24: "Después subió (Eliseo) de allí a Bet-el; y subiendo por el camino, salieron unos muchachos de la ciudad, y se burlaban de él, diciendo: ¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube! Y mirando él atrás, los vio, y los maldijo en el nombre de Jehová. Y salieron dos osos del monte, y despedazaron de ellos a cuarenta y dos muchachos". Aunque aquí no dice nada exacto sobre la edad de estos muchachos, podemos concluir de este pasaje que los muchachos desobedientes e irrespetuosos tienen que cargar ante Dios la responsabilidad por su pecado. ¡Cuánto más es necesario que conozcan el camino del Señor a temprana edad!.
¿Son los niños "inocentes"?
Existen muchas iglesias, incluso algunas que desean fundamentarse estrictamente sobre la Palabra de Dios, que no toman en cuenta los principios que acabamos de mencionar (¿quizás porque parecen "palabras muy duras"?) Entonces enseñan que los niños pequeños son inocentes, sin pecado, y que empiezan a ser pecadores solamente cuando alcanzan una determinada "edad de la responsabilidad". A primera vista, esto parece razonable. Sin embargo, si enseñamos que los niños son inocentes, entramos en conflicto con algunas verdades fundamentales de la Palabra de Dios:
- Estaríamos negando el efecto del pecado original sobre toda la humanidad (Rom.3:23, 5:12).
- Estaríamos negando la fe en Cristo como único camino de salvación (Juan 14:6, Marcos 16:16).
-Estaríamos enseñando que la salvación puede perderse: Si sostenemos que los niños son inocentes y por tanto son salvos, entonces tendríamos que enseñar que llega algún momento en su vida donde empiezan a pecar y a perderse. Esto está en conflicto con Juan 5:24 y 10:28-29 donde dice que el que es salvo, no vuelve a perderse.
- Si un cristiano se aparta de la salvación por su propia voluntad, entonces se trataría del terrible caso descrito en Hebr.6:4-6, del cual dice que un nuevo arrepentimiento ya no es posible. Entonces tendríamos que tratar a cada persona adulta que no es creyente, como un "cristiano apóstata" para el cual ya no hay esperanza. Por supuesto, una tal opinión sería cruel y absurda; pero es la consecuencia lógica de la enseñanza de que los niños pequeños son salvos.

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